jueves, 29 de mayo de 2014

CAMPAÑA DECLARACION DE LA RENTA 14

El 16 de abril la Plataforma de entidades sociales de Navarra, de la cual forma parte el CORMIN, presentó la campaña “Y tú ¿qué marcas?”. Su objetivo es que las personas que están obligadas a realizar la declaración de la renta marquen la casilla “otros fines sociales”, para que los proyectos que desarrollan más de 140 ONGs de Navarra puedan estar financiados por la vía del 0,7%.

En el marco de esta campaña, el CORMIN solicitó al profesor de la Hucha que elaborara un artículo en el que de forma sencilla, pero rigurosa, pusiera encima de la mesa ciertas distorsiones que existen en la aplicación de la Ley del 0,7%.

A continuación publicamos dicho artículo para vuestro conocimiento y difusión entre vuestros familiares y amigos.



EL IRPF Y LA ASIGNACION TRIBUTARIA PARA FINES SOCIALES.
Fernando de la HUCHA CELADOR.
Catedrático de Derecho Financiero (UPNA)

El plazo para presentar la declaración del IRPF de 2013 ya está abierto. También este año los contribuyentes tienen la posibilidad de marcar la casilla de la asignación del 0,7% de su cuota para fines sociales. Con ello consiguen, en una situación de crisis económica, que una determinada cantidad de dinero público se destine a la realización de programas que desarrollan las entidades y ONGs del tercer sector de acción social de Navarra. Igualmente, entra dentro de su libertad marcar la casilla de aportación a la Iglesia católica (que se financia por otros medios y no sólo por este, en contra de lo que pudiera pensarse) y que tiene entidades que también se benefician de la asignación para fines sociales. La tercera opción es marcar ambas casillas, en cuyo caso el 0,7% se divide en Navarra entre la Iglesia católica y la financiación de programas sociales, división inédita en el resto de España, puesto que en este supuesto el Estado multiplica por dos la aportación del contribuyente. Se trata de una medida que, ampliamente instada por las entidades del tercer sector y por grupos parlamentarios, no ha encontrado eco en el Gobierno de Navarra, cuando el coste presupuestario sería insignificante. Por último, hay un número de declarantes (en progresiva disminución, ya que representan el 9,8% del total según datos de 2013, frente al 11% del año anterior) que no ejercitan ninguna opción, en cuyo caso la integridad de su cuota se destina a los gastos generales de la Comunidad Foral.
La asignación del 0,7% a fines sociales ha sido elegida por el 50% de los declarantes, mientras que el 34% optó por marcar la casilla de la Iglesia católica. Ello no se traduce en una distribución proporcional entrambas opciones en términos cuantitativos, lo cual pone de manifiesto que los contribuyentes con niveles más altos de renta optan por la segunda alternativa. No obstante, y siendo su alternativa lícita, conviene señalar que tienen otros medios (en forma de donativos, por ejemplo) con un tratamiento fiscal más favorable, cosa que también se ignora.
En todo caso, hay que destacar que la casilla de fines sociales genera unos ingresos con afectación específica a gastos realizados por entidades sociales que, en ningún caso, sirven para financiar los gastos corrientes o de gestión. En otros términos, la asignación del 0,7% para fines sociales se destina a cofinanciar programas concretos de las ONGs, nunca su estructura o funcionamiento. En tiempos de zozobra del Estado del bienestar, de la dependencia, del auxilio a personas que han agotado los distintos subsidios, cuando según datos de Cáritas, los niveles de pobreza están alcanzando niveles históricos, pese al optimismo macroeconómico de nuestros gobernantes, los contribuyentes navarros deben saber que, por ejemplo, con un gesto (marcar la casilla) se han financiado en 2013, programas dirigidos a drogodependientes, personas en riesgo de exclusión social, familias monoparentales, menores en situación de desamparo, mujeres maltratadas, minorías étnicas, presos, ex reclusos, así como los dirigidos a mayores, personas con discapacidad y personas incapacitadas para el trabajo. Pero no sólo se han beneficiado estos colectivos -excluidos del Estado del bienestar-, sino también desempleados sin prestaciones, personas afectadas por la ley de autonomía personal, a la par que se destinan fondos para la cooperación al desarrollo y, en menor medida, a la defensa del medio ambiente. Todo ello supondrá en 2014 una cifra de 5,5 millones de euros, cantidad todavía insuficiente, pero que puede aumentarse para el año que viene con el simple gesto al que hemos hecho referencia.
Como decíamos antes, sería deseable que la futura reforma fiscal permitiese que la opción por las dos alternativas no se dividiese, sino que se multiplicase, lo cual no supondría sino colocar al contribuyente navarro en igual (no peor, como está ahora) condición que su homónimo del resto de España.
Y, por último, tengan presente que la Iglesia católica (cuya labor social es innegable) no se financia sólo con el 0,7% de la casilla del IRPF, sino que tiene garantizada su financiación en función de sus gastos, ya que el Estado abona la diferencia en el supuesto de que su presupuesto no se vea cubierto con la asignación tributaria, cosa que mucha gente ignora y que deriva de los acuerdos alcanzados entre la vicepresidenta Fernández de la Vega y el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Bertone, en 2006.

Gobierno y Parlamento Foral deben eliminar la discriminación de los contribuyentes navarros a la hora de elegir las dos casillas y los ciudadanos deben ser conscientes de la importancia de su elección. Nunca un gesto permitió elegir unos gastos que, por último, no son libérrimos, sino que se fiscalizan y controlan por el Departamento de Políticas Sociales del Gobierno de Navarra.

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